Podemos definir la entregabilidad de un email como uno de los principales quebraderos de cabeza de los responsables de Email Marketing, ya que -por mucho que estos centren sus esfuerzos en generar unos diseños, contenidos y mensajes totalmente aptos para su público- por razones diversas (y, muchas veces, desconocidas) a veces, estos emails no se entregan de la manera esperada, haciendo que nuestros objetivos y KPIs de campaña se desplomen.
Hoy, vamos a ver cuáles son las 3 principales razones que pueden entorpecer la entregabilidad de las campañas de Email Marketing. Pero… ¡iremos más allá! También te daremos algunos tips que harán que puedas evitar, en la mayor medida de lo posible, este tipo de problemas.
¿Cuáles son las 3 principales razones que hacen que tus emails no se entreguen?
Como ya bien sabes, los proveedores de servicios de Internet cuentan, actualmente, con ciertas maniobras que les hacen detectar cuando ciertos envíos presentan pautas sospechosas: Eso hace que, normalmente, eviten la entrega del envío del correo.
De esta manera, ya podemos tener más que claro que nuestra reputación, en lo que a Email Marketing se refiere, está definida -en gran parte- por los ISPs (Proveedores de Servicio de Internet), en base a una serie de filtros y criterios que establecen de manera propia y que pueden perjudicar a nuestra marca (y a sus envíos derivados) si no contamos con esa herramienta de Email Marketing que sabe, en todo momento, qué debemos hacer y cómo debemos proceder en cuanto a las entregas de correos electrónicos, además -por supuesto- de estar, siempre, a la vanguardia de novedades.
De esta manera, las razones que pueden llevarnos a no obtener los resultados esperados en cuanto a entregabilidad son:
- Rebote: ya sea por razones de rebotes duros o rebotes blandos. No hace tanto tiempo, hablábamos en uno de nuestros posts de la diferencia existente entre uno y otro, y de cuáles son aquellas pautas que podemos seguir para tratar de reducir al máximo ambos porcentajes (más, por supuesto, el rebote duro; ya que se trata del más grave)
- Blacklists: sin más rodeos podemos decirte que, si tu IP se incluye en una blacklist (seguramente, a consecuencia de malas prácticas de emailing), no serás considerado un emisor de confianza por parte de los ISPs, por lo que, lo más seguro, es que directamente eviten hacer entrega de tu contenido. Por esto, es importante asegurar que los servidores y direcciones IP que estamos utilizando sean completamente de confianza.
- Correos marcados como SPAM: en este aspecto, un usuario nos marcará como SPAM en el momento en el que empecemos a enviarle un contenido excesivo de emails, o que aquello que estamos diciéndole no le genera absolutamente ningún interés.
¿Qué podemos hacer, como marca, para intentar solucionarlo?
Evidentemente, hay algunos aspectos que se nos escapan por completo cuando queremos tratar de reducir al 100% el fallo en la entregabilidad de los emails (por ejemplo, como puede suceder con los rebotes blandos: si un usuario tiene toda su bandeja de entrada llena, y, por eso, nuestro email rebota… poco podemos hacer), pero, sin embargo, existen muchas otras pautas o tips a seguir que, en la medida de lo posible, van a ayudarnos a mejorar nuestras entregas, dado que no vamos a dar ninguna razón (de las que están bajo nuestra mano) para que nuestro email sea rechazado.
Coge papel y boli, porque allá vamos:
- 1.- Respeta, al máximo, la privacidad y seguridad de los datos de tus clientes
- 2.- Segmenta tus envíos: no a toda tu base de datos le va a interesar la misma información. Ten muy en cuenta eso.
- 3.- Personaliza tus envíos, pero sin pasarte de la ralla: está bien que el usuario sepa que lo conoces… pero no le intimides.
- 4.- Prueba a utilizar correos interactivos: ya sea a través de cuestionarios o de encuestas, elementos dinámicos… etc.
- 5.- Asegúrate, en todo momento, de contar con la mejor optimización posible en dispositivos móviles.