Hoy en día que el vídeo es considerado como uno de los formatos más atractivos para todo tipo de campaña, actividad o estrategia en el marketing digital.
5 letras mágicas: vídeo
Es casi natural que muchos (muchísimos) quieran incluir vídeos en newsletters. De hecho, el formato de vídeo en email marketing es una gran táctica a poder emplear para recibir más y mejores ratios de respuesta.
Using the word "video" in an email subject line boosts open rates by 19%. Here are more stats: http://t.co/K3MHk895zJ pic.twitter.com/Zoh7SBRt9s
— HubSpot (@HubSpot) August 15, 2015
No fue hace mucho donde GetResponse, en un análisis de cerca de mil millones de correos electrónicos encontró que las newsletters que contenían vídeos o enlace a vídeos tenían un ratio CTR mucho más alto (altísimo): 96%.
Pues la respuesta es obvia, ¡Hay que incluir vídeos en newsletters!
¡Alto ahí! Eso es justo lo que todo mundo se puede llegar a preguntar, pero en donde muchas empresas y agencias pueden llegar a fallar.
La reproducción de vídeos en newsletters (o en general, en correo) es algo que hoy muchos servicios de correo no soportan (incluyendo a los ‘grandes’ como Google, Outlook o Yahoo). Si mucho, servicios como Google llegan a agregar una pequeña previsualización del vídeo, tanto en escritorio cómo en móvil, al pie del correo mismo si éste trae la liga del vídeo.
Pero dicho de manera exacta, el que un vídeo esté incrustado dentro del cuerpo de una newsletter dirigida a tus suscriptores o clientes es una tarea aún complicada. Salvo que tu servicio de gestión de newsletters incluya esa opción, lo normal es que se recurra a la programación HTML para que esto suceda.
Cómo siempre lo hemos dicho, te recomendamos hacer varias pruebas y comprobar desde distintos dispositivos para ver si esta codificación logró pasar la prueba.
Del mismo modo, te recomendamos que al incluir vídeos en newsletters, estos estén alojados en algún servicio o red social que permita normalmente incrustar vídeos de modo sencillo, cómo YouTube o Vimeo.
Un par de trucos
Si esto no te convence, aún hay un par de técnicas que puedes emplear. Son un tanto engañosas, pero a final de cuentas van a llevar al usuario a que reproduzcan el vídeo que tú quieres que vean.
Una opción, es colocar un GIF animado de alguna parte del mismo vídeo con un botón de “Reproducir” o cualquier otra llamada a la acción. Esto generará intriga en el usuario y los incitará a reproducir dando clic.
La segunda es: si consideras que el GIF terminará siendo muy pesado, puedes simplemente hacer una imagen (JPG o PNG) con el botón de reproducir (PLAY) integrado al centro de la imagen, de modo que esto “juegue” con la vista del usuario para que dé clic en ella y después los lleve a donde el vídeo está realmente alojado (en YouTube, por ejemplo).
¿Apuestas por incluir vídeos en newsletters? Cuéntanos como te fue o te ha ido.
Imagen: ShutterStock